I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre
el Universo.
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador,
lo afirmarás creando a su semejanza.
III. No darás la belleza como cebo para los sentidos,
sino como el natural alimento del alma.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para
la vanidad, sino ejercicio divino.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás
tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen,
y la que está en las ferias no es Ella.
VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá
purificado a ti el primero.
VII.Tu belleza se llamará también misericordia,
y consolará el corazón de los hombres.
VII.Darás tu obra como se da un hijo: restando
sangre de tu corazón.
IX. No te será la belleza opio adormecedor,
sino vino generoso que te encienda para la acción,
pues si dejas de ser hombre o mujer,
dejarás de ser artista.
X. De toda creación saldrás con vergüenza,
porque fué inferior a tu sueño, e inferior
a ese sueno maravilloso de Dios,
que es la Naturaleza.